Mujeres Fintech: Innovación y Desafíos en un Sector Dominado por Hombres
En el dinámico mundo de las fintech, la disparidad de género sigue siendo un gran desafío. Aunque el sector está en plena expansión, las mujeres fintech representan solo el 28% de la fuerza laboral. Además, menos del 20% ocupan roles ejecutivos y enfrentan una preocupante brecha salarial del 22%. Esta situación pone de manifiesto la necesidad urgente de un cambio cultural y estructural en el sector fintech.
Mujeres Fintech en Innovate Finance’s Women in Fintech Powerlist
El reciente evento Innovate Finance’s Women in Fintech Powerlist 2024 reunió a influyentes voces femeninas del sector. Este evento destacó la crucial importancia de inspirar a las nuevas generaciones a unirse al mundo financiero tecnológico. En este sentido, se promovió la idea de que las características tradicionalmente vistas como “débiles” pueden transformarse en auténticas fortalezas. Una voz destacada fue Iana Dimitrova, CEO de OpenPayd, quien habló precisamente de esta transformación.
Perspectivas desde la Generación Z
La generación más joven está comenzando a ver el potencial de las fintech de maneras innovadoras. Holly, una joven embajadora de la generación Z, considera este sector como flexible y lleno de oportunidades, aunque reconoce los retos actuales. Su visión optimista destaca la importancia de la adaptación y la innovación como claves para que más mujeres puedan integrarse y destacar en fintech.
Apoyo y Oportunidades de Crecimiento
Las oportunidades de tutoría y desarrollo de habilidades fueron otro enfoque crucial del evento. Cordelia Kafetz de Starling Bank subrayó la importancia de estos programas para fomentar el crecimiento profesional de las mujeres. Además, Starling Bank y Aila Money fueron elogiados por sus esfuerzos continuos para empoderar a las mujeres, creando un modelo a seguir en la industria.
Recomendaciones para la Igualdad de Género en Fintech
Para abordar la brecha de género persistentemente desigual en fintech, se recomienda a las empresas adoptar políticas más inclusivas, como proveer igualdad en cuidados parentales, diversificar roles de toma de decisiones y asegurar que el salario refleje el trabajo realizado, sin importar el género. Estos pasos no solo benefician a las mujeres, sino que también crean un entorno de trabajo más justo y equitativo para todos.