Impuestos al carbono en Tailandia y Malasia contra el cambio climático

El 4 de marzo de 2025 en Bangkok, Tailandia y Malasia han tomado relevantes medidas para frenar el impacto del cambio climático mediante un impuesto al carbono. Estas acciones son parte de un esfuerzo más amplio dentro de la ASEAN para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y mitigar los riesgos asociados al cambio climático.

La implementación del impuesto al carbono: Tailandia a la vanguardia

A finales de enero, el gabinete tailandés aprobó un impuesto al carbono, el cual pronto entrará en vigor. Este impuesto, que se establece en 200 baht (aproximadamente $6) por tonelada de dióxido de carbono, está dirigido a empresas que producen productos petrolíferos, incluidos la gasolina y el combustible de aviación. La medida busca no solo combatir el cambio climático, sino también aumentar la competitividad de las empresas locales a través de la descarbonización de sus procesos.

Contexto regional y el papel de la ASEAN

Los países del sudeste asiático, agrupados en la ASEAN, han reconocido la necesidad de tomar medidas urgentes ante los crecientes riesgos del cambio climático. La implementación de impuestos al carbono como el de Tailandia es solo una de las acciones que se están poniendo en marcha. Esta medida no solo contribuye a la lucha ambiental, sino que también fortalece la resiliencia económica de la región.

Impacto económico según el Banco Mundial

El Banco Mundial ha proporcionado datos que refuerzan la urgencia de esta medida. Se estima que la región ASEAN podría enfrentar pérdidas de $18 mil millones debido a desastres naturales cada 100 años si no se toman acciones como el impuesto al carbono. Por lo tanto, es crucial que los países de la región continúen avanzando en políticas que promuevan un desarrollo sostenible y equitativo.

Malasia y su enfoque en la regulación de emisiones

Siguiendo el ejemplo de Tailandia, Malasia también está considerando la implementación de su propio impuesto al carbono. El objetivo es claro: frenar el impacto medioambiental y económico del cambio climático en la región, impulsando a las industrias a adoptar prácticas más sostenibles. Este movimiento posiciona a Malasia como un líder proactivo en la descarbonización dentro de la ASEAN.