Tailandia y Malasia implementarán impuestos al carbono

Tailandia y Malasia, junto con otros países del sudeste asiático, están avanzando hacia la implementación de impuestos al carbono. Esta medida busca combatir el cambio climático y fomentar la reducción de emisiones de carbono por parte de empresas locales, además de aumentar su competitividad en el mercado. El cabildo tailandés aprobó al finalizar enero un impuesto al carbono que entrará en vigencia este mes.

Carbono e impuestos en el sudeste asiático

El impuesto tailandés se aplicará específicamente a compañías que fabriquen productos petroleros, tales como gasolina y combustible para aviones, con una tasa de 200 baht, lo que equivale a aproximadamente $6, por cada tonelada de emisiones de dióxido de carbono al momento del envío. Esta medida no solo responde a la necesidad ambiental, sino que también busca preparar a las empresas para un mercado internacional que demanda prácticas más sostenibles.

Implicaciones económicas de los impuestos al carbono

Según el Banco Mundial, los desastres naturales podrían generar pérdidas por 18 mil millones de dólares cada 100 años en la región de la ASEAN. Entonces, estos impuestos no son solo una cuestión ecológica, sino una estrategia para reducir futuros costos económicos asociados a eventos climáticos extremos.

El cambio climático en la región

Ste medida refleja la creciente inquietud entre los gobiernos del sudeste asiático frente a los peligros del cambio climático. Los impuestos al carbono están siendo vistos como una herramienta crucial para la sostenibilidad en estos países, y es probable que otras naciones en Asia sigan su ejemplo. Este enfoque se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio hacia el cambio climático que también incluye iniciativas en mercados y energía.

Reacción de la industria ante los nuevos impuestos

Las empresas en Tailandia y Malasia ahora deben adaptarse a esta nueva realidad. Aunque inicialmente pueda parecer un desafío, también representa una oportunidad para innovar en tecnologías más limpias y mejorar su competitividad. En un mercado global donde la sostenibilidad es cada vez más valorada, adaptarse es no solo necesario, sino beneficioso.